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El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace.

El hombre, por lo común, sólo sabe reconocer su felicidad en la medida de la desgracia que ha experimentado.
Yo no sufro de locura, la disfruto a cada minuto.
Muchas personas
se pierden
las pequeñas
alegrías mientras
aguardan la
gran felicidad.

¿Por qué Dios hizo primero al hombre y después a la mujer?
Porque para hacer una Obra Maestra se necesita siempre un borrador.